Hacerlo fue toda una odisea. Nunca había dibujado nada sobre tela, y bastamente me armé con un rotulador permanente (con dos, en realidad). Pero dibujar el lince así a mano alzada me parecía realmente complicado, no era como hacerlo con lápiz. Así que tuve la brillante idea (creo que no he descubierto las Américas) de hacerme una plantilla con el dibujo que ta tenía en pequeño y que usé de muestra para que se decidiera.
Y ya sólo me quedaba poner la plantilla encima de la espalda (coloqué también una madera detrás para no arruinar el resto del mono) y empezar a pintar. Esa fue la parte más divertida!
Y el resultado ya lo lleva Sergi en la espalda mientras recorre en Instituto. No sé si está más orgulloso él de llevar su animal atrás o yo de que lleve algo mio!! :D
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