domingo, 6 de noviembre de 2011

Verde hiedra

O ¿Dónde pongo mis cacharroooos? Parte dos



Tenía que poner algo de color verde, porque simple y llanamente no concibo nada sin un poco de este color tan esperanzador y natural. ¿Y qué hacer? Mi madre me dio la respuesta el día que llegó a casa y por primera vez me dijo: "Te he traído algo para tus 'chuminadas'". Ese algo era un paquete de servilletas con un estampado verde. Con hojas de hiedra. Con gotas de rocío. Suaves. Frescas. Ideales.

Y allá que me puse a estrenarlas pesando ya en qué meter dentro de esa nueva caja que pronto tendría en mis manos. Para ser exactos, hice dos cajas iguales. Una, evidentemente, acabé regalándosela a mi madre en agradecimiento por, como decimos aquí, acordarse de los pobres cuando fue de compras.

Misma manera de elaboración. Yendo con cuidado que el dibujo cuadrara en los laterales de las cajas, de manera que quedara completo al cerrar la cajita. Rematando el cierre de la caja en este caso con pátina bronceada. Pintando el interior en un verde botella que hiciera resaltar los ganchitos que alojaría en el interior.











Pero aún faltan elementos reciclados que van a convertirse en nuevos. Después sólo hará falta distribuirlos del mejor modo posible en la habitación.

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